La señorita Prudencia Prim llega a San Ireneo de Arnois, una pequeña población con unas costumbres muy tradicionales, contratada como bibliotecaria en casa de un curioso caballero a cuyo cargo estarán cuatro sobrinos de edades comprendidas entre seis y once años. Mujer incrédula, sin una idea clara de la trascendencia de la persona, adversa al matrimonio y convencida de que la delicadeza mueve el universo, la señorita Prim, que ama la pulcritud, la belleza y la rectitud, se verá con frecuencia desconcertada y dubitativa en sus convicciones.