Dice Lanata: "Somos argentinos, reyes de la improvisación, ególatras, ingenuos, trágicos como nórdicos, apasionados e inseguros. Perón no puedo sino haber sido argentino, pero también Borges lo fue, argentinados ambos en su contradicción, exiliados adentro y afuera, con odios antiguos sobre los hombros y la fatalidad del destino guiando sus pasos. Los hechos que se relatan en este libro corresponden al siglo XX. Argentina dolió y duele, pero también sueña, y es soñada ahora mismo. Argentina se rescribe sola, en cada uno de los que no quieren darse por vencidos."