Éstas son las historias entrañables de personas cuyas almas se encontraban turbadas por la incertidumbre, por la confusión e incluso por el dolor y el sufrimiento, hasta que descubrieron el milagro de la fe inmaculada, y ellas mismas se vieron halladas y abrazadas por Cristo en el Catolicismo. Para muchos de nosotros, el que parecía imposible viaje a la luna es considerado como la más increíble aventura extraterrestre de la humanidad. Pero esto es sólo un pequeño paso cuando se compara con los descubrimientos infinitamente variados y extraordinarios que han hecho esos hombres y mujeres. Lo que estos itinerarios espirituales tienen en común no es que la conversión se haya realizado más "tarde" o más "pronto", sino como desde su mismo comienzo el Señor estaba "dentro" de cada uno de estos escritores a todo lo largo de su peregrinación hacia la fe, mientras que ellos estaban, en grados distintos, "fuera". Por medio de la clara e inalterable firmeza de la doctrina y la moral de la Iglesia Católica, Él los "llamó". Por medio de la vida sacramental de la Iglesia, en especial de la celebración de la Eucaristía, fueron tratando a Jesucristo, conocieron su bondad y disfrutaron de su paz.