Con Deng Xiaoping a la cabeza, China inició en 1979, desde las mismas entrañas del régimen, su segunda revolución, marcada en el terreno económico por el pragmatismo y el tránsito hacia el capitalismo y, en el político, por el mantenimiento de la estructura jerárquica y centralista del partido comunista creado por Mao Zedong. Caminando por esta senda, China pretende convertirse en la potencia emergente del siglo XXI y tomarse la revancha de las humillaciones infligidas por Occidente a lo largo de los últimos 150 años.