Ignacio Gómez de Liaño publica ahora un diario personal escrito durante los años en que trató a Dalí, desde 1978 hasta 1989, fecha del fallecimiento del gran maestro.
Como ya se ha observado muchas veces, la excentricidad más o menos natural o elegida que acompañaba siempre al Dalí público, ha ocultado la profundidad, la diversidad de matices, la calidad humana del Dalí privado. Su curiosidad universal, su incorrección política, su capacidad para crear sin casi deber nada a nadie, hacen de él uno de los indiscutidos genios del siglo XX, y no sólo en pintura.