El origen del conocimiento moral condiciona la forma de concebir la moralidad, al tiempo que revela la concepción ontológica y antropológica en que se apoya. Frente al dominante subjetivismo emotivista, este trabajo expone el pensamiento de muchos filósofos que han defendido una forma de conocimiento moral que permitiría a la persona tomar decisiones con un fundamento más firme que el que proporciona el propio sentir.