Para Domingo Báñez (1528-1604) incumbe a la filosofía moral el estudio del derecho y de la justicia en la medida en que el hombre está ordenado a la convivencia política en su fin natural. Sus Decisiones de iure et iustitia comentan la Summa Theologiae, II-II, de Tomás de Aquino desde la q57 a la q78. Define la justicia por lo justo, diciendo que es un hábito mediante el cual deseamos y practicamos lo que es justo; o también que es la voluntad firme e irrevocable de dar a cada uno lo que le pertenece.
En esta traducción se recogen sólo los comentarios a las cuestiones 57-61 que estudian, en primer lugar, la esencia del derecho; en segundo lugar, la naturaleza de la justicia; en tercer lugar, los modos de la injusticia; en cuarto lugar, el juicio de los jueces; y, por último, las partes de la justicia: conmutativa y distributiva.
Un punto importante de este tratado de Báñez lo constituye su explicación de la epiqueya o reconducción práctica de las leyes humanas a la ley natural, hasta tal punto que la epiqueya se constituye como el acto principal de la justicia legal, y sin él queda todo el tratado de la justicia en el aire.