La figura de Pablo, su actividad, su predicación, su sólida reflexión teológica y espiritual llenan por completo el horizonte del cristianismo primitivo. Pero el Apóstol de los gentiles y su pensamiento teológico siguen interesando a los cristianos de toda época.
Bruno Maggioni perfila, en estas páginas, los rasgos característicos de la figura apostólica y misionera de Pablo, el «principio arquitectónico» de su teología, y sus relaciones con la tradición de Jesús y las demás Iglesias. Los problemas de las comunidades de Pablo se convierten en sabiduría y teología cristiana, que giran sobre el eje del binomio compuesto por la gracia y la cruz, entendida no como una excepción a la lógica de Dios, sino como su mayor manifestación.