A nadie deja indiferente el espeluznante relato del sacrificio de Isaac; pensadores y escritores de todos los tiempos se han ocupado de él. Pero es en la cultura contemporánea donde la reflexión sobre este episodio, impreso indeleblemente en la memoria humana, cobra acentos vivos y trágicos a la vez.
En un horizonte que no es el de la teología ni el de los estudios bíblicos, se emprende en este libro el fascinante y espinoso ascenso al monte Moriah, bajo la guía lúcida de Kant y Hegel, del insoslayable Kierkegaard, de Lévinas, Derrida y Girard, de Thomas Mann y Kafka, entre otros.
La historia siniestra del sacrificio de Abraham no cesa de interpelarnos. En su centro misterioso y oscuro pero cargado de promesas de claridad, bien podría alentar una luz para nuestra época, lastrada por la sangre de sacrificios inauditos.