Los siete protagonistas de los relatos de este libro no son niños prodigio como Mozart. Sin embargo, sus vidas son prodigiosas porque, como dice el diccionario, «exceden los límites regulares de la naturaleza». Éste es el caso de Melinda Milford, obligada por un sortilegio a decir siempre la verdad; o de Begon Howard Reginald Stafford Llewelyn-Fitch, que hace desaparecer a la persona que tiene enfrente cuando pronuncia su propio nombre; o de Balthazar Bollinger, que tiene una figura tan esférica que parece un globo, y por ello está siempre expuesto a los caprichos del viento...