En las campañas británicas en Sudán en los últimos años de la reina Victoria hay más dosis de aventura que en las mejores novelas del género: evocadoras imágenes de los cuadros rotos por los derviches, las ametralladoras Gatling disparando sin cesar y los feroces guerreros «Fuzzy Wuzzi» cargando sobre las tropas británicas y egipcias, las cañoneras británicas por el Nilo, el Cuerpo de Camelleros o la carga del 21º de Lanceros en Omdurman… Héroes, personajes míticos: Gordon, Wolseley, Kitchener, Gladstone, Churchill, el Mahdi, el califa Abdallahi, y personajes trágicos como Hicks. Jartum arranca con la masacre de la columna de Hicks en Shaykan en 1883, y continúa con la llegada a Jartum de Charles Gordon, un héroe nacional británico, que enviado a Sudán para llevar a cabo la ocupación del país, decide resistir en la capital hasta su aniquilación por las fuerzas del Mahdi, tan sólo dos días antes de la llegada de las fuerzas de socorro lideradas por Wolseley y que se han desplazado por el Nilo con vapores y cruzado los desiertos en camello. Y el círculo se cierra en 1898, cuando tras quince años de dominio islámico sobre Sudán (es el primer estado islámico integrista de la historia), el brillante general Kitchener derrota en Omdurman a los derviches del califa Abdallahi, tras un penoso avance por el árido desierto nubio.
El autor, magnífico conocedor del desierto, reconstruye este clásico relato de la gran última aventura del Imperio británico con un realismo difícilmente superable, a partir de textos de la época, de la investigación sobre las personalidades de los protagonistas y de la visita a los lugares en los que se desarrollaron los acontecimientos.