Los salvajes atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 pusieron a prueba la capacidad de reacción y la profesionalidad del periodismo español. Son muchas las dudas que siguen existiendo respecto al modo en que los periodistas desempeñaron su labor informativa durante los días que transcurrieron desde los atentados hasta la celebración de las elecciones generales.
Sectarismo editorial, manipulación informativa, ocultamiento de datos o dramatismo desproporcionado son algunas de las acusaciones más frecuentes. Además, ¿qué papel tuvieron las nuevas tecnologías? ¿se vició la ya de por sí conflictiva relación entre fuentes políticas y medios de comunicación? ¿estuvo la información al servicio de la propaganda? ¿cómo se trató el dolor de las víctimas? ¿cómo calificar la política de comunicación del gobierno?
Todas estas preguntas y otras no menos importantes dan como fruto este volumen, que posiblemente sea la recopilación de estudios más amplia y completa publicada sobre esta cuestión, no sólo por la variedad de autores, sino por la diversidad de perspectivas y enfoques.