«El hombre puede proponerse cualquier empresa». Sin embargo, para Enrique Rojas (catedrático de Psiquiatría en Madrid y director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas), lo interesante no es la frase, sino el matiz desde el que quiere hablarnos: el rescate de lo cotidiano. Se nos insta a recuperar lo formativo del combate, vencer el cansancio que las dificultades van grabando en nuestro ánimo: «Me interesan los perdedores que han sabido asumir su derrota y levantarse de nuevo». Un tema tratado con seriedad y sencillez atractivas. La formación conjunta de voluntad, inteligencia y afectividad permite vislumbrar, claramente, los cimientos sólidos para enfrentarnos valientes, serenos, alegres a la vida. Los consejos concretos y certeros que Rojas plantea se siguen, a lo largo del libro, con atención y gusto: «Con una voluntad fuerte y educada, no hay empresa que se resista. Ahí se inician los hombres de vuelo superior». La lucha diaria ante los pequeños y grandes obstáculos arroja un conocimiento veraz de quiénes somos y de qué proyecto vital queremos hacer nuestro.
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