Frente a el pragmatismo de la tercera vía, adoptado por Blair, algunas propuestas del socialismo español son el fruto de un larvado proceso ideológico. El estructuralismo, el posestructuralismo y los deconstructivistas remodelaron las tesis marxistas hasta tal punto que transformaron el marxismo en una sutil ideología, por no decir psicología.
Marcuse, Habermas, Foucault o Derrida, entre otros, iniciaron un proceso de deconstrucción de toda la cultura y del lenguaje hasta tal punto que la cultura moderna se ha transformado en una agente del nihilismo imperante. El propio Derrida, relativizador de todo lenguaje como medio de aproximación a la verdad, afirmaba una única realidad "no deconstruible": "Lo que permanece irreductible a toda deconstrucción, lo que permanece indeconstruible como posibilidad misma de la deconstrucción es quizá una cierta promesa de emancipación; quizá es la formalidad de un mesianismo estructural, un mesianismo sin religión, incluso un mesianismo sin mesianismo".
El análisis de estos autores y escuelas se hacen imprescindibles para entender la tesis con la que arranca este libro: a pesar de la crisis del marxismo político, la izquierda -sobre todo en España- mantiene una "hegemonía cultural". La derecha debe entonar su mea culpa por haber dejado el ámbito de la cultura y del pensamiento en manos de la izquierda. Una última parte intenta penetrar en el análisis, más sociológico, de las entrañas del partido socialista. Este análisis se centra especialmente en el triunfo de las corrientes feministas más radicales dentro de la ejecutiva del partido. Zapatero no deja de ser un neoconverso a las tesis feministas. Junto al feminismo, la "nueva izquierda radical" se ha construido a base de los restos de partidos de izquierda radical integrados en el PSOE o los "nuevos movimientos sociales": colectivos de homosexuales, pacifistas, antiglobalizadores o ecologistas.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2005 | Libro Libres |
377 |
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