"Hans Christian Andersen, el hombre que llegó a ser el más conocido de la Tierra, y al que reyes y príncipes rendían pleitesía, al final de su vida se sentía tan desnudo como el emperador de su cuento. Porque, bien mirado, ¿qué es un cuento sino un traje hecho de palabras? Su misión es revelar la verdad. para eso existen los cuentos, para vernos desnudos. Los cuentos de Andersen, como los trajes del emperador más melancólico, nos piden que no desdeñemos la tristeza, ya que en ella se guarda la memoria de esa vida que tal vez merecimos pero que no pudimos alcanzar. Eso fue la tristeza para él, la memoria de lo que nunca llegamos a vivir ni probablemente viviremos nunca. Nuestra historia más hermosa" Gustavo Martín Garzo