"Los nuestros" relata la vida de la familia de Dovlátov en el estalinismo. Son seres geniales y excéntricos a los que resulta imposible no querer, personajes que afrontan con una incomprensible serenidad el drama diario que les ha tocado vivir. Con esa valiosísima materia prima el autor elabora un texto bello e irónico que nos acerca, en menos de 200 páginas, todo lo que significó aquella época. El patetismo de otros autores rusos no va con Dovlátov, que se limita a narrar con la misma naturalidad con la que uno respira o camina los avatares de la tía Mara, redactora de libros ajenos, o del tío Arón, que lo mismo combate al lado del Ejército Rojo que del Ejército Blanco, o del inolvidable primo Boria, un niño modelo hasta que de pronto decide orinarse sobre el director del colegio... Son los nuestros.
Especialmente significativo es el capítulo en el que conocemos al padre de Dovlátov, que sirve al autor para comparar la etapa estalinista y la siguiente y para concluir que no queda esperanza. "Y sin embargo, en tiempos de Stalin las cosas iban mejor. En época de Stalin se editaban libros, luego se fusilaba a sus autores. Ahora no se fusila a los escritores. Tampoco publican sus libros. No se cierran teatros judíos. Porque no los hay..." (página 107). Dovlátov pone fin a este magnífico libro con otra ironía del destino, tal vez la más espectacular: el nacimiento en 1981 de su hijo Nicolas Dowly, un niño americano, ciudadano de los Estados Unidos. "Esto es a lo que ha llegado mi familia y nuestro país", concluirá
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2008 | Altera 2005 |
160 |
9788496840300 |