Gabriel y Teddy, dos jóvenes amigos, se encuentran entre los trabajadores locales del gran equipo que el productor Samuel Bronston ha movilizado para la película. De distinta procedencia social, pero con idénticas ambiciones, no quieren desperdiciar la oportunidad que se les brinda cuando, una mañana, John Wayne desaparece sin previo aviso. A cambio de un viaje a Hollywood, se comprometen a encontrarlo. Inician una búsqueda frenética que, vista con la perspectiva de los años, se convertirá para Gabriel en un aprendizaje decisivo. Durante aquella jornada llena de imprevistos por una fantasiosa Barcelona de cartón piedra, pero además pobre y triste, en la que el destino de todos se entrecruza por unas horas, Gabriel no sólo tendrá noticias de lo que hay detrás de los mitos, sino también del mundo real en el que está inmerso. Ese conocimiento también será para él la aceptación de la entrada inevitable en la madurez.