La historia es muy sencilla. En un crucero que se supone de placer, una avería hace que el barco quede a la deriva. Las cosas se complican y quedan atrapados en una ominosa 'corriente circular' y cubiertos por una niebla perenne. El rescate se ve difícil, cuando no imposible. En este ambiente el novelista aprovecha para presentarnos a unos personajes de lo más curioso (la pareja protagonista -una pareja de enamorados nada romántica-, el capitán del barco -obsesionado con los naufragios y las bandas de música-, un hipnotizador, y un largo etcétera) , unas situaciones de lo más extravagantes y unos diálogos con un humor absurdo y verdaderamente sabroso.