Conrad siempre fue el aventurero fiel a su aventura, como dice en una de las páginas de Salvamento, aunque pasó los últimos años de su vida lejos del mar, llevando una vida "insospechadamente sedentaria" (Javier Marías). Y del mar le venía la inspiración de sus obras. Salvamento fue motivo de una preocupación que arrastraría toda la vida, que abandonó en su juventud y rescató con sesenta y un años. Es una novela de amor y aventuras, mucha terminología de la mar (sotavento, médanos, bordo) y mucha descripción de la verdad del amor, de las palabras que como el flujo y el reflujo del mar van a parar a las manos del corazón.