Un propietario rural, a los veinte años, se instala en San Petersburgo para ampliar horizontes y hacer carrera burocrática. Como mentor en su introducción al mundo urbano actúa un hermano de su padre, cínico y brillante, que le despoja de sus ilusiones y se esfuerza en convertirle a su propio pragmatismo. A través de ambos, el autor hace una crítica de la sociedad industrial, que busca la riqueza y el éxito y desdeña el disfrute de las sencillas alegrías de una vida modesta y de los afectos sinceros y generosos.