William Beckford pertenecía a una familia aristocrática inglesa y heredó de su padre una considerable fortuna. Fue un gran coleccionista de objetos artísticos y de libros preciosos, y para albergar estos tesoros empezó a construir en Fonthill un fantástico palacio, que no pudo ver terminado. Vivió muchos años en diferentes países de Europa y escribió diversas obras en las que describió sus viajes.