Un as mundial del ajedrez, víctima de una crisis nerviosa, es internado en una clínica psicriática. En su mente enferma se desarrolla el conocimiento de estar jugando una partida de ajedrez contra fuerzas inexorables y, sintiendo que el cerco se estrecha, busca la salvacion el el suicidio. El autor hace un magnífico estudio del protagonista.
Comentarios
El descubrimiento del ajedrez supone para el maestro Luzhin, protagonista de esta novela, la revelación de un orden de impecable armonía donde encontrar refugio contra las tribulaciones de su desdichada adolescencia. A partir de ese momento da comienzo su brillante carrera como campeón en ese juego, que pronto se convierte en una obsesión que absorbe su vida por completo. Luzhin comprende, demasiado tarde, que tal obsesión amenaza con destruirlo y que el instrumento escogido como defensa contra el desorden y los agravios del mundo es también un arma que finalmente se vuelve contra él mismo, hallándolo en la más patética indefensión.
Todos los elementos de la trama se la hallan sutilmente enlazados en un juego de correspondencias y de calculados golpes de efecto supeditados con inimitable sabiduría a una estructura que, deliberadamente, recuerda aquí a una elegante, astuta e impecable partida de ajedrez.
¿Qué decir de un juego que acaba llevando las riendas de tu vida? Al final acaba destruyendo lo que el don convierte en genialidad, transformándolo en obsesión, incomprensión y aislamiento. En el personaje observamos las características de una persona llena de talento, que poco a poco es poseída por un deseo continuo e incontrolable de continuar mejorando un arte en el que tiene que ser el mejor.
El estilo es denso. Se dirige hacia los aspectos introspectivos del ser humano: sus deseos, sentimientos, impulsos, pasiones y amores.