En esta breve novela, escrita en 1889 –y no publicada hasta 1924, mucho después de su muerte-, traza Melville el drama del inocente que se enfrenta al odio ciego e inhumano de la inteligencia pervertida. Billy Budd es un joven marinero muy apreciado por toda la tripulación. Su alegría y rectitud garantizan el buen ambiente del barco. Analfabeto y algo tartamudo, Billy lleva consigo sin embargo una cualidad casi sobrehumana: no ha perdido la inocencia. Sin experiencia del mal, es lo más parecido a un ángel sin poderes. Todos se dejan envolver por el encanto que desprende, salvo Claggart, el maestro de armas del buque. Inteligente, reflexivo, enseguida entiende –al conocer a Billy- que está delante de un "fenómeno moral" sin precedentes. Y entonces brota el odio de su alma malvada. Porque Claggart, "comprendiendo lo bueno, pero sin fuerzas para serlo, no tenía otro recurso que replegarse en sí mismo y, como el escorpión, desempeñar hasta el fin el papel que le había caído en suerte". Comienzan entonces las maniobras para probar a Billy, las trampas para intentar corromper su honestidad. Billy es incapaz de pensar mal de Claggart, aunque existan suficientes pruebas para asegurar que va a por él. Tras los repetidos fracasos de sus argucias, el maestro de armas terminará acusando de sedición a Billy ante el capitán, precipitando el drama. Las páginas finales suponen un pulso entre la recta conciencia del responsable del barco y la estricta aplicación de las leyes militares. La integridad de Billy permanecerá intacta hasta el terrible desenlace.