La narradora de esta novela es una mujer que relata las relaciones con su madre -todo un carácter-, con la que no se entiende bien. Visceral en muchas de sus manifestaciones, se considera la antítesis de su madre, pero va descubriendo que sus diferencias son más aparentes que reales y que tienen muchas cosas en común. La historia está contada de forma amena, con humor y con una ironía suavizada por una cierta ternura.
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La narradora dedica la novela a retratar a su madre (hiperactiva, apasionada, ingeniosa, autosuficiente y mordaz) y a relatar un año de su vida en el que se va comprobando que sus caracteres no son tan opuestos como ella pretende hacer ver al principio.
Hay pocos acontecimientos y es un poco exagerada la evolución de la relación de ambas (como una quijotización y sanchificación mutuas) pero es divertido el proceso de recuperación de informaciones dadas (manifestaciones psicológicas recurrentes que se explican, se amplían o vuelven a manifestarse con aspectos novedosos).