Tras conseguir el Nadal del pasado año con "El alquimista impaciente", Lorenzo Silva publica "El nombre de los nuestros", una novela ambientada en la Guerra de África de comienzos del siglo XX, cuando España intentaba mantener su protectorado en Marruecos frente a la "harka", el ejército irregular marroquí despreciado por los mandos españoles. No se centra Silva en las estrategias militares, sino en el día a día de un puñado de combatientes de distintas ideologías y posturas ante la guerra: un anarquista, un sindicalista, un sargento que siente el fervor militar, un marino novato y un jefe musulmán de la policía indígena que pelea al lado de los españoles. La acción, anodina al principio, irá tomando velocidad a medida que la "harka" enseña sus dientes y su absoluto desprecio por la muerte: vendrán entonces las escaramuzas, los asedios, el hambre y las privaciones: la cara más cruel y espantosa de la guerra, que a todos iguala y de la que sólo se salva la amistad. Un relato duro, emocionante a veces, muy bien llevado.
Comentarios
Novela descarnada que te describe todos los horrores de la guerra, en este causa, la guerra de Marruecos. Las escenas están muy bien descritas, el lenguaje es soez, como corresponde al ambiente, pero sin pasarse, y el autor no te ahorra nada. Pero en ese horror hay también amistad de personas que poco tienen que ver con la causa, pero que las circunstancias o la misma mieseria en que vivían les arrastran a esa carncicería que fue el desastre de Annual. En el fondo es una denuncia.
No era fácil enfrentarse a una historia de esta naturaleza, y no sólo por la existencia de enjundiosos precedentes. Hay que decir que, por lo que respecta a su calidad estética, la novela de Lorenzo Silva no es en absoluto inferior a algunas de aquellas obras que la precedieron y que hoy figuran con todo derecho en la historia literaria. En primer lugar, porque nos encontramos ante un buen narrador, con muy variadas aptitudes para abordar asuntos diversos, que sabe dosificar muy bien el ritmo de la novela e impedir que la atención del lector se relaje. En segundo, porque El nombre de los nuestros, que se beneficia de estas virtudes en la descripción y el relato de escenarios y sucesos bélicos, no es primordialmente una novela sobre la guerra de Marruecos, sino sobre la irracionalidad y la crueldad de la guerra, y también sobre la injusticia de una sociedad capaz de enviar a la muerte a muchos seres humanos para aprovechamiento y lucro de unos pocos. Con el empeño puesto en rehuir tópicos fáciles divulgados por relatos bélicos de toda índole, Silva ha logrado esbozar un buen conjunto de tipos novelescos adecuadamente individualizados. Novela más que notable, El nombre de los nuestros ostenta, además, la limpieza de escritura habitual en el autor.
"...una hermosa y técnicamente ejemplar novela. Página a página, se adivina un trabajo de investigación riguroso que nunca ensombrece la ficción: Silva practica la novela documentada, no la documentación novelada. Por todo eso, El nombre de los nuestros confirma a su autor como dueño de una escritura sólida y formalmente clásica, muy ajustada a los límites de sus pretensiones; su destreza en el manejo de la sencillez como vehículo de un compromiso ético hace que esta novela se convierta en un título merecidamente destacable."