El hallazgo, en una turbera de la campiña irlandesa, de la cabeza de una joven pelirroja desencadena una doble investigación, arqueológica y policiaca, pues la policía local cree ver alguna conexión entre la cabeza y la desaparición de una mujer y de su hijo. La narración es viva, y acertada la forma en que se introducen leyendas y costumbres antiguas, así como la manera de entremezclar elementos de novela gótica, trama detectivesca e indagación psicológica en un medio natural dominado por los pantanos y la niebla.