Los papás de Gustavo salen de viaje y su tía Milagros se va a vivir con él para cuidarlo. La tía empieza a contarle historias de monstruos y fantasmas, y al niño le da un miedo insoportable. No encuentra manera de sobreponerse a él, hasta que un día ve, desde la ventana, a un pájaro que emprende su primer vuelo. La reacción del pájaro impulsa a Gustavo a vencer sus miedos, de los que se empieza a reír y, por fin, logra superarlos.