El día que la señora Bruna descubre que se ha quedado calva decide solucionar su calvicie probando toda clase de productos. Uno de ellos hace efecto, pero solo a medias, porque sólo le salieron cuatro pelos y alguno más después. Cuando cree que sus problemas han terminado, descubre que sus pelos tienen vida propia, además de pocos eran caprichosos y los problemas de la señora Bruna con sus pelos no habían hecho más que comenzar. y no hacen otra cosa que complicar la suya. Narrado en tercera persona por un narrador omnisciente, el autor consigue un ritmo fluido gracias a la utilización de frases cortas y diversos recursos expresivos. Las ilustraciones, además de complementar el texto, aportan un toque irónico.