Cuento fantástico, en el que Pedro dice que tiene un compañero muy especial: vuela, es negro, con cuernos, flores de colores bordadas.... Su familia cree que se trata de una broma o de algo que se ha inventado. Hasta su abuela pone mala cara cuando le oye contar ciertas cosas...
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El cuento rezuma ternura. Una familia numerosa, unida. La propia autora confiesa que no es su intención transmitir nada, sino más bien tratar la palabra de una manera artística, explorar las posibilidades de la lengua, imaginar nuevos personajes y situaciones... Pero todo eso no quita para que traslade un sentido de la relación humana y una fuerte sed de justicia y libertad. Hay normalidad en la relación familiar, aunque ninguno cree que lo que Pedro cuenta es verdad. Pero para él es importante que le crean, porque por inverosímil que parezca, lo que dice, es verdad.
En la narración hay descripción y diálogo. El vocabulario es rico en matices, y adecuado a la edad a la que va dirigido. La letra es clara y su tamaño apto para niños lectores en esta etapa. Los dibujos están llenos de gran simplicidad y expresividad, están esparcidas entre el texto, salvo tres escenas que ocupan completas las dos páginas contiguas; en ello predominan los colores terrosos y cálidos, en un dibujo a lápiz y coloreados con acuarela. Gustará a partir de 6 años.