A través de estas páginas se señalan los nuevos retos que plantean fenómenos sociales que obligan a la Iglesia a pronunciarse con más vigor ante ataques a la vida, a la dignidad de las personas, a la familia, a la paz.
El Presidente del Consejo Pontificio para la Familia aborda con estilo periodístico los temas actualmente más debatidos en torno a la bioética y a la familia (clonación, ´sexo seguro´, píldora del ´día después´, demografía, valores de la familia, la coherencia de los legisladores...)
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Hace años que el Cardenal López Trujillo preside el Consejo Pontificio para la Familia y dispone de información mundial sobre los temas mencionados en el título de esta obra. Ha reunido catorce intervenciones suyas a lo largo de los últimos años sobre cuestiones relacionadas con la familia, como son la procreación, la contracepción, el aborto, la clonación, la fecundación asistida, la sexualidad o la eutanasia. Unos capítulos son más fundamentales porque plantean la familia, el matrimonio o la sexualidad desde sus bases antropológicas según la doctrina permanente de la Iglesia. Así dedica un interesante capítulo a las claves del pontificado de Juan Pablo II en su magisterio al servicio a la familia. En otros aborda temas más concretos y con datos, p.ej. sobre una protección real contra el SIDA en países como Uganda o Filipinas, o sobre demografía, que serán de utilidad a la hora de preparar una exposición sobre la familia o cuestiones de bioética. Hay otros capítulos dirigidos a los confesores para que puedan desempeñar el ministerio de la reconciliación en la verdad y la misericordia, y también a los padres y legisladores.
Esta miscelánea de intervenciones de López Trujillo responde también al subtítulo «En la brecha», porque el vigoroso Cardenal ofrece aspectos varios de las enseñanzas magisteriales ante la conjura contra la vida y el matrimonio que actúa en muchos países. No es obstáculo para que las tesis de la Iglesia susciten solidaridad y apoyo incluso entre los agnósticos, como la escritora Oriana Fallaci, fallecida hace unos meses cuando, estando afectada por el cáncer, afirmaba que se sentiría avergonzada de «que, para salvarme de la enfermedad, se eliminara un solo embrión, que tiene la dignidad de persona humana, para obtener células madre». (Expuesto por JOL)