Conjunto de treinta relatos que no solo nos hablan de una ciudad, Sarajevo, asolada por la guerra, sino que presenta gran cantidad de aspectos temáticos y personajes, la otra cara de la realidad. Además de mostrar una serie de personajes en el Sarajevo sitiado por las tropas irregulares serbio-bosnias, presenta unas cuestiones de humanidad que en ellos se refleja.
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( de Ángel García Prieto ) La crueldad de la guerra está continuamente presente sobre los personajes de estos relatos, que suele ser gente muy normal, quizá endurecida por la dramática situación que padecen, y dejan ver en la mayor parte de los casos sus mejores sentimientos y valores. Las situaciones más familiares de cualquier persona ante hechos nimios o trascendentes – la fruta que crece en un árbol del jardín o la decisión valiente de enfrentarse al jefe de una milicia de chetniks – adquieren una dimensión muy especial cuando tan cruel guerra envuelve geografías, personas y sentimientos.
Despedidas familiares ante el exilio, que marca un límite de peso muy bajo a las maletas que se pueden llevar; llamas de destrucción para responder a las anónimos cañonazos venidos del monte – "si el fuego es lento e indolente, es el hogar de una familia pobre. Si comienza a arder formando una gran bola de llamas azules, es seguramente una buhardilla y bien arreglada, revestida de madera barnizada. Si, por el contrario , arde constante durante mucho tiempo, se ha incendiado la casa de un rico comerciante del zoco, repleta de muebles antiguos de madera maciza"-; cartas llenas de controlada ternura que viajan hasta aquellos seres queridos premiados por la suerte de la libertad del exterior - "Pase lo que pase, no olvides lo que te he dicho, pues cada mala palabra se volverá contra ti como una piedra cuando más vulnerable seas. Por mi parte, esto es todo, estudia mucho, no bebas demasiado, no trasnoches y cuida a tu novia. Basta por hoy, hijo. Te quiere, tu padre"... Hay historias que conmueven, a veces aleccionadoras, otras rebosantes de ternura; hay patetismo y gentes muy buenas, personas limpias...Todo evocado como de primera mano por alguien que lo ha vivido, con sobriedad, poesía y amor por la vida. Jergovic ha hecho literatura buena de las calamidades de una guerra, relatos tersos y precisos con mucho de poesía épica.
Relatos sobrecogedores, patéticos y emocionantes en los que la dureza de la situación deja margen a la ternura, la amistad, el despredimiento y la solidaridad. De facil lectura y con profundo significado en las actuaciones de los personajes, no siempre buenos.