¿Existe Dios o sólo existe el hombre? ¿Proviene la vida del designio de un Creador situado fuera del mundo o es el resultado de una propia evolución de millones de años? Preguntas de siempre, preguntas esenciales… y preguntas que constituyen el meollo de este libro.
Lejos de estar muerto el debate en nuestros días, el auge de la Cosmología como ciencia alimenta nuevos y viejos argumentos. El lector de ¿Dios o la materia? tiene la oportunidad de conocer el estado actual de la controversia, aproximándose a ella del modo más adecuado: a través de un diálogo apasionado y riguroso entre dos representantes contemporáneos de las cosmovisiones en pugna. Será difícil que este debate deje indiferente a nadie: basta examinar los dos primeros escritos para sentir la urgencia de tomar partido y comprometerse en una discusión que arrastrará a quienquiera se asome a ella. ¿Teísmo o materialismo?
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El libro recoge un debate entre dos físicos sobre cuestiones de cosmología física. En concreto Soler Gil (teista) plantea las siguientes cuestiones: que el universo existe (¿por qué existe el universo?), que el universo es racional, y que está ajustado finamente de un modo que favorece la aparición de la vida; como temas a debatir.
López Corredoira (materialista) contesta a las cuestiones planteadas por Soler Gil, y así se recogen réplica y contrarréplica.
El punto de vista inicial de Soler Gil consiste en plantear las cuestiones arriba mencionadas y mantener un debate en el ámbito de la física. López Corredoira elude este plano de discusión y se centra en una diatriba contra los teistas, y más específicamente, contra el cristianismo.
Llama la atención que López Corredoira en su primera réplica hable de que lo que trata es de buscar la verdad e, incluso afirma, tratar de esclarecer quén de los dos, teista o materialista, lleva razón. Sin embatgo, en el curso de las réplicas y contrarréplicas, se cierra en banda y, sin argumentar su postura, tan sólo se centra en realizar ataques contra el cristianismo: la verdad es su verdad materialista, una verdad terrible e incluso insoportable, como argumentará en su última contrarréplica, de la que no está decidido por ninguna razón plantearse la posibilidad de abrirse a otra postura.
Soler Gil lamenta que su oponente abandone el campo de la física y de la cosmología para atacar al cristianismo, y desarrolla un defensa ponderada y serena que contrasta con la argumentación de López Corredoira, que en ocasiones manifiesta crispación e incluso un atisbo de odio.
Queda claro que López Corredoira busca su verdad en el materialismo, sin propiciar un encuentro genuino con la verdad allí donde se encuentre, cerrándo el horizonte de su argumentación al ámbito de una visión materialista del universo, del hombre, etc., de la que, sgún afirma, no piensa poner en duda.
Se trata de un libro interesante para personas con formación en física, humanidades y cristianismo, pues sin ella el valor de las argumentaciones con réplica y contrarréplica podría llevar más a confusión que a dilucidad el estado del debate, de actualidad en el mundo de la física.