Praga se ve azotada por una serie de misteriosos crímenes y todas las víctimas tienen que ver con Mozart. Junto a cada uno de los cadáveres de estos horribles crímenes aparece un pergamino donde se indica el método empleado para el asesinato y una inscripción indescifrable que podría ser de origen masónico. Tal vez la clave esté en la melodía que oyen interpretar a un misterioso violinista: una melodía que solo un hombre puede interpretar y que es una oda a la muerte.