Beatriz ha terminado los estudios de filosofía y decide retirarse a la casa de campo, entre naranjos, donde ahora están enterrados sus padres. Quiere disfrutar de los sentimientos que despierta en ella la tierra valenciana y sobre todo de su luz; leer los libros como no pudo hacerlo durante los estudios y encenderse el alma con sus poetas favoritos.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2001 | Ediciones Internacionales Universitarias |
193 |
Aparentemente la edición está agotada. |
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Nos encontramos ante una novela de iniciación. En ella el autor busca exprimir, hasta la última gota, los sentimientos que le provoca su tierra natal. Utiliza para ello una protagonista femenina: Beatriz. Ella se encuentra en un momento difícil de su vida; sus padres han muerto en un accidente de tráfico, ha terminado los estudios universitarios y la vida en la ciudad le parece insoportable. Se refugia en el único lugar que todavía puede alimentar su corazón: la casa que fue de su madre en Alicante, donde ella misma pasó buena parte de la niñez. Afortunadamente el amor a su familia, aquella que todavía conserva, le hace ver que la cárcel más hermosa, la que guarda los mejores sentimientos y recuerdos, no deja de ser una prisión. La novela está escrita en forma de diario, en el que Beatriz deja constancia de las mañanas y tardes que vivió durante aquel verano. Si como sugiere el subtítulo, el autor pretendió en algún momento hacer un lugar especial a la luz en su relato, esa intención va quedándose atrás a lo largo de la novela. La luz se apaga al llegar el otoño y las personas adquieren su verdadera dimensión, aquella que las hace amar y ser amadas. Ningún sol calienta más que la vida en compañía. Junto con el subtítulo también resulta innecesaria la profusión de citas poéticas que, de mantenerse, deberían integrase en el texto y no encabezar las entradas del diario.