Esta es la Tropa del Arco Iris, un grupo de diez alumnos de la escuela más pobre, en la isla de Belitung (Indonesia), que pueda existir que, a través de su día a día y gracias a dos maestros, apasionados de su profesión, narran su historia, sus esfuerzos, sus luchas y el despertar a la vida.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2013 | Temas de hoy |
413 |
978-84-9998-243-4 |
Colección Novelas TH Traducción de Julio Hermoso Título original: Rainbow Troops |
2014 | Temas de hoy |
416 |
9788499983769 |
Comentarios
No lo he terminado. Tiene su cierto interés por la temática, los personajes, el ambiente, totalmente desconocido. Pero no ha conseguido el autor atraparme con los personajes. No dudo que lo que venga más adelante pueda cambiar el relato y darle más vida, pero no he llegado ni a la mitad.
Aunque cambiando de nombre, en el libro se llama Ikal, el autor narra en primera persona su vida. Da la sensación de ser autobiográfico. Andrea Hirata ha escrito esta historia conmovedora, La Tropa del Arcoíris, una narración que cautiva a todo lector.
Cuenta cómo dos maestros entusiastas, con diez alumnos logran "hacer escuela", una escuela con una ética musulmana, retando a todos, incluso al mismo Gobierno Indonesio, en su defensa por mantenerse abierta. Los alumnos admiran, quieren a su escuela, pues aunque está a punto de caerse, "es lo mejor que les ha podido suceder".
Valoran la educación como principal reto para salir de la miseria. El libro es un homenaje a la abnegada labor de los maestros. Pero también es un canto a la dignidad en la pobreza.
Andrea era uno de esos diez alumnos, uno de los más pobres de la pequeña isla de Belitung. Todos vivían en extrema miseria. La escuela no tenían nada: ni pupitres, ni pizarra, ni aseos, ni siquiera botiquín de primeros auxilios. Nada. Cuando llovía, daban clases sujetando paraguas. El autor admiraba a su joven maestra, Bu Mus, que apenas tenía 15 años cuando empezó y no recibía ningún salario, pero se entregaba con todas sus fuerzas a su misión educativa.
También se acordaba de sus compañeros, especialmente de Lintang, el más inteligente y trabajador de todos, que cada día recorría en bicicleta 40 km de ida – y otros tantos de vuelta, sorteando cocodrilos, hasta llegar a su escuela. Andrea se prometió a sí mismo que algún día escribiría este libro en homenaje a Bu Mus.
Aquella promesa cayó en el olvido por un tiempo por la vida misma. Pero Andrea logró al fin estudiar en la Universidad, y ampliar estudios en Europa, y, cuando ya parecía acomodado, en el 2004 hubo un tsunami que devastó la parte de Aceh (en Sumatra). Entonces regresó a su país, y al ver las escuelas improvisadas rememoró su viejo compromiso y decidió escribir este libro, lleno de aventuras, de dificultades, de ternura y hasta poesía, que servirá de inspiración a maestros y estudiantes.
Hoy al autor le va bien. Pero no por eso se ha olvidado de ayudar a los más pobres de su pueblo y sobre todo nunca olvida la gran lección que su maestra le enseñó: "Nunca te rindas, sigue soñando, y sobre todas las cosas, cree en ti mismo".
No está mal para un chaval pobrísimo que estudió en una escuela que acabó barrida por el viento y que, gracias a su maestra, logró hacer realidad sus sueños… o parte de ellos.
El libro se lee de un tirón. Tiene muchos valores. Y atrapa más al lector a medida que avanza en su lectura. Es un libro que vale la pena leer.