style='font-size:12.0pt;font-family:"Times New Roman"'>Los jóvenes han sido
protagonistas durante el V Encuentro Mundial de las Familias por su
espontaneidad, su alegría y su fe, tanto los peregrinos como los voluntarios.
Han sido un buen estímulo para los mayores, los sacerdotes y hasta para el
mismo Santo Padre, «el abuelo del mundo», como se ha calificado con simpática
espontaneidad. En su homilía ha hablado de la verdadera libertad: «En la
cultura actual se exalta muy a menudo la libertad del individuo concebido como
sujeto autónomo, como si se hiciera él sólo y se bastara a si mismo, al margen
de su relación con los demás y ajeno a su responsabilidad ante ellos. (…) La
Iglesia no cesa de recordar que la verdadera libertad del ser humano proviene
de haber sido creado a imagen y semejanza de Dios. Por ello, la educación
cristiana es educación de la libertad y para la libertad».
style='font-size:12.0pt;font-family:"Times New Roman"'>Estamos tan
acostumbrados a oír que los jóvenes pasan de la fe y de la moral que enseña la
Iglesia, que podemos llegar a creerlo, aunque eso no corresponde a la verdad.
El Papa ha explicado con sencillez y profundidad la realidad del amor humano
que sueñan los jóvenes: «Promover los valores del matrimonio no impide
usar plenamente la felicidad que el hombre y la mujer encuentran en su amor
mutuo. La fe y la ética cristiana, pues, no pretenden ahogar el amor, sino
hacerlo más sano, fuerte y realmente libre. Para ello, el amor humano necesita
ser purificado y madurar para ser plenamente humano y principio de una alegría
verdadera y duradera». Esta es la claridad que agraden los jóvenes y no las
campañas sobre anticonceptivos y técnicas para prevenir enfermedades sexuales.
style='font-size:12.0pt;font-family:"Times New Roman"'>Vamos desmontando
tópicos porque no es verdad que los jóvenes rechacen a la Iglesia, ya que
muchos están vinculados a las parroquias, movimientos e instituciones
apostólicas, o grupos de oración y de caridad. Oírlos aplaudir a la Iglesia con
el mismo ritmo que a Benedicto XVI es una experiencia que habla por sí misma:
«Santidad, te queremos cantidad», decían algunas pancartas. Ya saben que ellos
son la Iglesia y no pueden verla desde la frialdad de la distancia ni fiarse de
las caricaturas que les hacen desde el cine y la televisión. Ellos han recibido
la fe transmitida por sus padres, sus catequistas y sus sacerdotes en las
parroquias, movimientos y colegios. Ahora son la esperanza de la Iglesia.
Jesús Ortiz López
Capellán de Pastoral Familiar
Para saber
más:
Palabras de Benedicto XVI en la Vigilia de las
Familias
href="http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2006/july/docume...">http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2006/july/docume...
Homilía de Benedicto XVI en la Misa de clausura
del V Encuentro Mundial de las Familias
href="http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2006/documents/h...">http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2006/documents/h...
Mensaje de Benedicto XVI a los obispos de España
href="http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/letters/2006/documents/hf...">http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/letters/2006/documents/hf...