Primero fue la despenalización del aborto en 1985. La segunda fase ha sido su transformación en una ley de plazos que lo hace prácticamente libre, impuesta sin consenso por el gobierno socialista de Zapatero. Y estamos ahora en la tercera fase pues el gobierno de Rajoy intenta reconducirla dando un paso a favor de la vida de las criaturas concebidas no nacidas aún, de acuerdo con la sentencia del Tribunal Constitucional. Pero esta fase está amenazada.
El partido socialista orquesta una campaña mediática, nacional e internacional desde Bruselas, para estigmatizar una ley que precisamente defiende la vida. Continuos venablos salen de la boca de las dirigentes socialistas, y compañeros de la izquierda, para afirmar rotundamente que se limita la libertad de las mujeres para abortar, que nadie puede obligar a una mujer a ser madre, que se recortará un derecho de la mujer. Parte de su estrategia es mezclar la defensa de la vida con la fe católica, y el aborto con la Jerarquía eclesiástica, como si no fuera un asunto de razón natural y de ética civil. Pero en realidad su discurso queda en cueros porque la ciencia médica, la embriología, y los ginecólogos sostienen hoy que el concebido es un ser humano sin solución de continuidad. Por ello el 93 por ciento de los abortos practicados en España en 2012 se hace en clínicas privadas, pues sólo unos pocos ginecólogos se prestan a ello, obteniendo así unas prósperas ganancias. Además de la ambición y de la falta de ética, sólo la cerrazón mental puede decir a la ligera que el concebido es un ser vivo pero no es un ser humano. Y naturalmente el agradecimiento al pesebre de las prebendas políticas.
Nada dice esa izquierda acientífica e insensible de la atención a las mujeres en situación de riesgo de abortar o después de haberlo sufrido, pues la mayoría de ellas se da cuenta de que han sido engañadas y manipuladas. Son las instituciones de voluntariado, muchas nacidas desde la sensibilidad de mujeres y hombres hacia esta lacra que ha destrozado el futuro de esas mujeres. Los testimonios de muchas son incontestables pero los enclaves mediáticos se encargan de silenciarlas. En cambio no se sabe qué hace el partido socialista para atender a las mujeres que han abortado.
Aquella película trataba de los encuentros en la tercera fase entre humanos y a primera toma de contacto de los humanos con formas de vida extraterrestre que llegan a conocerse mejor y no verse como enemigos. Podría servir ahora para ponerse de acuerdo para la defensa de la vida humana sobre los principios racionales de quienes tienen una mente libre de prejuicios y abierta a la realidad.
Jesús Ortiz López