En la gran encina del bosque, colgaba la mejor bellota. Entonces, el rey de los ratones prometió un premio a quien consiguiera cogerla. Muchos lo intentaron, pero nadie logró obtener el preciado tesoro: ni el más fuerte de todos los ratones, ni el más ingenioso, ni el más habilidoso. Por fin, llegó un anciano que convenció al rey para que le dejara intentarlo; el sabio anciano conocía muchas historias y consiguió entretener a todos los ratones con sus hermosas palabras. La obra narra una bonita historia donde se resalta el amor a los cuentos y a la literatura.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2012 | ALMADRABA INFANTIL Y JUVENIL (HERMES) |
32 |
9788492702886 |
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Precioso álbum ilustrado,
Precioso álbum ilustrado, tanto por el texto como por las imágenes que acompañan y realzan el relato. Ambientado en el bosque, los dibujos destacan por su realismo y colorido, cuajados de minuciosos detalles que ofrecen la posibilidad de comentarios diversos y que encantarán a los niños por su variedad. Los protagonistas son los ratoncitos, personalizados con lazos, collares, pañuelos, cascos, armaduras…, y entre ellos, especialmente representada, la figura del rey con su manto, su corona y su cetro.
A lo largo del cuento, según se van sucediendo los diferentes episodios, se pueden extraer varias ideas muy importantes: en primer lugar, atendiendo a la primera parte del argumento, queda claro que, para conseguir lo que queremos, el camino puede estar lleno de obstáculos y de peligros. Así, para alcanzar la mejor bellota del bosque, los ratoncitos intentarán diversas estratagemas para llegar a ella, con astucia, inteligencia y valentía, pero sin éxito. Algunas de estas artimañas nos recuerdan grandes historias de la literatura como el caballo de Troya, el flautista de Hamelín o los viajes en globo.
En segundo lugar, el conflicto adquiere un nuevo rumbo con la llegada de un viejo ratón que, con sus cuentos y leyendas, encandila a todos los ratones, incluido el rey. La sabiduría y los conocimientos del anciano hacen que la realidad se perciba de otra manera, y que todos aprendamos una segunda lección: en la vida, algunas cosas se consiguen sin prisas, con el paso del tiempo y con la madurez; y mientras tanto, debemos formarnos y disfrutar con el arte, la cultura, la literatura…, que pueden satisfacernos más que las cosas materiales.