Toda la Galaxia se siente amenazada por la Segunda Fundación, en la que sin embargo nadie ha estado. Para unos se trata de un mito que nunca ha existido, para otros una comunidad de psicólogos, en el otro extremo de la Galaxia, que podrían influir en las mentes de sus enemigos. En Terminus, planeta sede de la primera Fundación, un grupo de científicos está estudiando las ondas cerebrales a fin de averiguar la influencia de la Segunda Fundación en el cerebro humano. Uno de ellos es enviado a Kalgan para investigar en los archivos del Mulo, pero pronto es descubierto.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
---|---|---|---|---|
1952 | Penguin De Bolsillo |
304 |
978-84-9908-320 |
Trilogía de la Fundación. 7ª edición española en 2014. |
Comentarios
Hay que destacar el sentido
Hay que destacar el sentido de anticipación de Isaac Asimov. Segunda Fundación fue publicada en 1952 y era muy poco lo que podía saberse entonces sobre las ondas cerebrales: el pensamiento concebido como impulsos eléctricos, y estos generando un campo mágnético que pueda ser leído. Más de medio siglo después se siguen estudiando las ondas cerebrales y comienzan a darse a este estudio un sentido práctico. Es interesante definir la psicohistoria como la entiende Asimov, que es pura estadística. En la procura de sus intereses un individuo puede actuar arbitrariamente en función de motivaciones, que los demás desconocen, pero esta probabilidad se hace menor según aumentemos la muestra estadística; el promedio cada vez se ajustará más a lo previsible y razonable. Cuando la muestra es inmensa (los miles de millones de habitantes de la Galaxia) la predicción del futuro será infalible. En tal caso no hay más que configurar como ecuaciones matemáticas las distintas variables y el peso que puedan tener en la toma de cualquier decisión. El resultado de dicho sistema de ecuaciones será, ni más ni menos, el futuro de la Galaxia. La tesis de Seldon-Asimov es la siguiente: "El individuo es libre, la Humanidad en su conjunto no". Una mutación genética como el caso del Mulo, no podía ser prevista; para ello Seldon establece en la Segunda Fundación, una comunidad de psicólogos y matemáticos capaces de rehacer los cálculos y, si fuera necesario, de actuar sobre la realidad humana para que ésta volviera a ajustarse a las previsiones. La Segunda Fundación tenía que ser secreta para que no fuera influenciable. Dicho con otras palabras, ellos deberían poder influir sobre los demás pero los otros sobre ellos no. Al final todo es una novela, por muy sugerentes que parezcan sus presupuestos; las motivaciones en base a las cuales actúan los hombres son infinitas, así como las locuras que son capaces de hacer; por otra parte, si no se pueden evitar ¿de qué sirve conocerlas de antemano? Al final es más interesante el problema teórico que el mismo aplicado a la novela. El estilo de Asimov sigue siendo excelente y algunas descripciones futuristas soberbias, pero la trama y su resolución terminan por ser infantiles. No se puede tener todo.