Relato en primera persona de los años vividos al lado de su marido –médico patólogo y guitarrista, además de un extraordinario ser humano- el Dr. Ignacio de Solas Rafecas, fallecido con tan solo 37 años. A modo de homenaje póstumo, la autora, su viuda, virtuosa pianista y profesora de musicología, narra de forma atractiva, sus entrañables vivencias. Es una historia maravillosa.