Durante la ocupación nazi de Holanda, en la segunda guerra mundial, los padres y los hermanos de la escritora de origen judío Marga Minco fueron deportados a campos de concentración en Alemania. Ninguno regresó. En La hierba amarga, su primera novela, Minco evocó sus recuerdos con sencillez y distanciamiento los años de la guerra: la noche en que toda la familia se reunió para coser en los abrigos las estrellas de tela que los identificaban como judíos, el día que llegó la orden de reclutamiento para el campo de trabajo y las razzias que vaciaban calles enteras.