La isla de Formentera pasa por ser la isla más tranquila y segura del Mediterráneo. Sin embargo, desde que Paloma llega, tiene la sensación de que un peligro acechando. La gente parece mirarla con desconfianza, incluso con cierta animadversión. Intenta conocer a los habitantes. Pero este intento también debe implicar conocer a sí misma.