El Matrimonio es un bien para la humanidad. Y es —debe serlo— para el hombre y la mujer que se casan, y para la familia que constituyen. La autora afirma que se lo defiende "sacándolo a flote", a pesar de las dificultades y los esfuerzos necesarios para mantenerlo. Pero, en algunas ocasiones, ocurre que eso no es posible, porque en realidad ese matrimonio es nulo. Esto significa que hay algo esencial que faltó en su nacimiento, por lo que no se lo puede considerar válido.