Publicada entre 1910 y 1935, la saga del padre Brown es probablemente la obra más querida y personal de Chesterton. Si el relato policiaco es la expresión más temprana de la poética de la vida y la ciudad modernas, ¿quién mejor—propone Chesterton, en una de sus brillantes paradojas—que un sacerdote de la humilde vieja guardia para descifrarla? Surge así uno de los más entrañables personajes literarios.