El personaje principal es una casa rural, con un par de ventanas que parecen ojos, ya que la autora de la obra se caracterizaba por humanizar objetos, máquinas y seres inanimados en todos sus libros. La casita fue construida en una colina en el campo, rodeada de manzanos. Pero, a medida que el tiempo pasa, la industrialización propia de los años 40 se refleja en el libro y la casita pronto se verá rodeada por carreteras, seguidas de edificios de apartamentos y trenes, hasta que casi no se aprecia entre rascacielos y torres de humo, que no la dejan ver las estrellas.