Rubén tiene una imaginación desbordante. Ahora –quizá influído por las aventuras se policías que su abuelo le cuenta cada noche- está seguro de que quiere ser policía de los de verdad, de esos que investigan los misterios y los casos oscuros. Y Rubén vive una historia maravillosa en la que él -el policía García- ayudado por Bea –su compañera de clase a quienes todos admiran por su belleza- descubren el origen de la extraña epidemia que se está extendiendo por su barrio. Rubén termina esta historia imaginaria viendo su nombre en la letra impresa de todos los periódicos.