Nuestra Europa, vieja y cansada, necesita una profunda renovación espiritual, redescubrir sus raíces humanas y cristianas, su sed de Dios, de trascendencia. Y, ¿qué lugar ocupa la Biblia en este marco? ¿Es posible difundir el amor a la Palabra de Dios en una sociedad como la nuestra? La Biblia ha marcado tan profundamente la cultura occidental que ésta no se puede entender sin conocer los textos bíblicos. Las referencias y las alusiones a la Biblia no se encuentran solamente en el mundo del arte, la música o la literatura, sino también en nuestro lenguaje cotidiano.