Basándose en materiales hasta ahora inexplorados, el historiador de la ciencia Peter Galison ha encontrado en la tecnología, más concretamente en la necesidad de sincronizar relojes situados en lugares diferentes, una pieza esencial para reconstruir ese rompecabezas histórico que es la génesis de la teoría de la relatividad especial. Y en esa reconstrucción no sólo aparece Einstein, sino el establecido y admirado matemático francés Heinri Poincaré, quien casi logró ser él creador de esta teoría de la relatividad especial.