Oiva Juntunen ha decidido ser gángster. Feliz poseedor de cuatro lingotes de oro sustraídos al Banco Nacional de Noruega, Juntunen se dedica a disfrutar de la vida hasta que su serenidad se ve turbada por una alarmante noticia: sus cómplices serán liberados y, sedientos de venganza, acudirán a recoger su parte del botín. Oiva considera la idea de repartirlo absolutamente inmoral. No, mejor esconderlo en lo más profundo de la tundra.