Numerosos estudios han puesto de manifiesto que los niños ven la televisión y utilizan el ordenador una media de cinco horas diarias. Aunque las nuevas tecnologías audiovisuales constituyen una herramienta educativa y lúdica de innegable utilidad, al mismo tiempo entran en conflicto con las necesidades reales de los niños. La obra trata de ayudar a los padres a contrarrestar la cultura de la pantalla y crear una vida familiar más sosegada y agradable.